sábado, 21 de abril de 2012

SÍ ENTIENDO


En el país de Mundilandia, donde todo es al revés... el jefe supremo de Educación tenía cara de tonto. Lo entiendo: querían que los alumnos supieran la cara que se les pondría si no estudiaban. Este señor con cara de tonto solucionaba todos los problemas de la educación con contundencia y siempre sin papeles. Lo entiendo: aunque tenía cara de tonto, era muy listo. Un día dijo "¡Eureka! Si hay muchos universitarios parados, vamos a eliminar universitarios...". Y subió las tasas. Lo entiendo: es más fácil disminuir el número de universitarios que el de parados. Otro día, tras una larga noche sin sueño preocupado por los problemas de la educación, se levantó y dijo: "¡Eureka! Vamos a aumentar las horas lectivas de los profesores y el número de alumnos por clase, que así ahorraremos y mejorará la calidad de la enseñanza". Lo entiendo... pero ahora mismo no caigo. El ministro de Educación no paraba el pobre de pensar y pensar. Y otro día se arregló su cara de tonto,se puso frente a las cámaras y dijo: "Le he dicho a mi amigo el de Hacienda que recurra las oposiciones de profesores en Mundiladia Sur". Qué tío más listo: lo hizo en el último minuto del último día del plazo para recurrir. Lo entiendo: era un tío muy divertido y le gustaban las sorpresas. Lo entiendo: que más de 33000 personas hubieran perdido su tiempo y su dinero para conseguir un trabajo no era importante. Es indignante, vil, despreciable... pero no es importante. Porque el ministro con cara de tonto solo pensaba en cosas importantes y probablemente había hablado con su colega el ministro de Trabajo para decidir qué hacer con tanto profesor parado. Lo entiendo: los dos decidieron cambiar el modelo productivo. Los profes parados se podrían dedicar a otros oficios más propios de crisis: castañeras, churreros, vendedores de pañuelitos en los semáforos...
Lo entiendo todo. En el país de Mundilandia, la educación no era una noticia de portada y se consideraba un engorro, los profesores eran unos inútiles, los pobres opositores eran unos ilusos, los estudiantes una plaga y los universitarios unos flojos.
Lo entiendo todo: hay que ser tonto para no meterse en una academia a aprender a poner cara de tonto y así hacerse ministro de educación con cara de tonto pero sin un pelo de tonto.
¡Qué tonta soy! ¿Cómo es que no lo he entendido antes?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también lo entiendo porque de estos gobernantes no se pueden esperar otras medidas, tenían que ser las más drásticas, para cargarse lo antes posible el país y espere usted lo que tiene que llegar.

Francisco Ambrosio dijo...

¿Entiendo o no entiendo?. Usted, que no conozco, pero que se define claramente, que habla de los recortes del jefe supremo de educación. ¿recorta o no recorta comentarios?.

Beatriz Fernández dijo...

Pues a mi también se me ha quedado cara de tonta al escuchar los últimos "eureka" ministeriales: los de educación, los de sanidad, los de trabajo, los de hacienda... Pero una tontura revuelta con indignación,asombro y pavor por la cantidad de pelos tan grande que nos están tomando.

Anónimo dijo...

Entiendo todo.

Auxi :) dijo...

Simplemente como si de una historia de ficción se tratara. Creen que así mejorará algo pero simplemente traerá más paro.
Antiguamente era normal encontrar aulas con 40 personas, pero el modelo de alumnado y su interés.
Actualmente dar una clase con treinta personas es difícil así que imaginar una con 40 es demasiado.
30 personas de 40 hablando,15 de ellos haciendo tonterías y molestando.
10 personas atendiendo o intentando atender y, por poner a 7 les cuesta trabajo...
En educación, estamos a la cola de los países europeos. Esta medida no solucionará nada, solo empeorará.
El señor ministro se hace el tonto con estas medidas pero es sumamente listo porque sus bolsillos no se paran de llenar...

Carmen dijo...

Los que estamos a pie de aula sabemos qué significa eso: aumento de la ratio, menos profesores de apoyo, música, idiomas, menos (aún) recursos materiales y didácticos y todo esto lleva, no hace falta ser muy listos, a que nuestros niños no reciban la atención que necesitan para expandir sus posibilidades. Yo miro la cara de mis niños y pienso que no se merecen tanta incompetencia adulta, y el señor ministro, haciéndose el tonto!!.