miércoles, 19 de noviembre de 2008

El homenaje

El homenaje fue muy bonito. Las cenizas las llevamos a mi casa. Eso es lo que ella habría querido, permanecer con su familia. Aquella noche era oscura, tenebrosa y lluviosa. Vi una extraña figura formada por una especie de polvo, desapareció debajo de la alcantarilla de mi patio. Bajé a la alcantarilla, olía muy mal: esa figura atravesó una pared donde había un hueco, en ese hueco había una cajita donde se guardaba un colgante. ¡Esa joya era de mi abuela! A ella se lo regaló su amado, es decir mi abuelo, que murió muy joven. El colgante contenía sus dos almas ligadas, esperando ser liberadas para descansar en paz. Pude reconocer la figura, era ella, mi abuela. Salí de la alcantarilla y puse el colgante abierto dentro del bote de las cenizas que, sorprendentemente, estaba vacio, tirado en el suelo. En ese momento esa figura se desvaneció, las cenizas volvieron al bote, y pudo descansar en paz. A la mañana siguiente pensé que había sido un sueño, pero en mi interior mas profundo sabía que no lo era.
Miguel Ángel Toranzo 3º A

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy bueno, me ha gustado bastante, aunque un poco simple.