Era medianoche de la “Noche de los difuntos”. Un grupo de amigos se había dividido estaban Edu, Arturo, Rubén y Nacho. Los demás ya estarían en sus casas. Ellos cuatro se habían perdido en el bosque que estaba a las afueras de la ciudad. Algunas personas decían que ese bosque estaba embrujado.
Se escuchaban el sonido de los búhos. Había luna llena. Se divisaban murciélagos indagando sin rumbo por el temido bosque. Del interior del bosque provenían ruidos de animales extraños. También se oía el aullido de los lobos encima de una colina. Los árboles tenían telarañas con arañas terrorificamente grandes y tenebrosas.
Era una noche terrorífica y mientras paseaban por el bosque se encontraron una casa. Esa casa nunca la habían visto, a pesar de que habían estado allí antes. Algunas leyendas urbanas decían que ahí vivía una niña hasta que se incendió la casa inesperadamente, en la medianoche de la “Noche de los difuntos”. Ellos tenían mucho miedo pero se atrevieron a entrar. La casa tenía dos pisos y en su interior se divisaban muebles que estaban un poco quemados. Estuvieron vagando por la casa hasta que en la segunda planta se escucharon los gritos de una niña. Estaban aterrados pero su curiosidad pudo con ellos. Y se adentraron en la segunda planta. Los gritos provenían de una habitación que tenía la puerta cerrada. De repente, se abrió y se escuchó la voz de la niña que dijo:
-¿Habéis venido a jugar conmigo?
Entonces ellos se dispusieron a correr hasta que se les apareció una niña que estaba totalmente quemada. Ella dijo:
-Os estaba esperando desde hace mucho. Ahora os quedaréis conmigo.
Y nadie volvió a ver nunca más al grupo de amigos. Aunque algunos decían que en la medianoche de la “Noche de los difuntos” se aparecía la casa con la niña y el grupo de amigos.
Se escuchaban el sonido de los búhos. Había luna llena. Se divisaban murciélagos indagando sin rumbo por el temido bosque. Del interior del bosque provenían ruidos de animales extraños. También se oía el aullido de los lobos encima de una colina. Los árboles tenían telarañas con arañas terrorificamente grandes y tenebrosas.
Era una noche terrorífica y mientras paseaban por el bosque se encontraron una casa. Esa casa nunca la habían visto, a pesar de que habían estado allí antes. Algunas leyendas urbanas decían que ahí vivía una niña hasta que se incendió la casa inesperadamente, en la medianoche de la “Noche de los difuntos”. Ellos tenían mucho miedo pero se atrevieron a entrar. La casa tenía dos pisos y en su interior se divisaban muebles que estaban un poco quemados. Estuvieron vagando por la casa hasta que en la segunda planta se escucharon los gritos de una niña. Estaban aterrados pero su curiosidad pudo con ellos. Y se adentraron en la segunda planta. Los gritos provenían de una habitación que tenía la puerta cerrada. De repente, se abrió y se escuchó la voz de la niña que dijo:
-¿Habéis venido a jugar conmigo?
Entonces ellos se dispusieron a correr hasta que se les apareció una niña que estaba totalmente quemada. Ella dijo:
-Os estaba esperando desde hace mucho. Ahora os quedaréis conmigo.
Y nadie volvió a ver nunca más al grupo de amigos. Aunque algunos decían que en la medianoche de la “Noche de los difuntos” se aparecía la casa con la niña y el grupo de amigos.
Daniel López Prieto 3º B
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