lunes, 4 de abril de 2011

"Campamento" por Rocío Sánchez


Todos estábamos ansiosos esperando ese día tan especial, nos daban las vacaciones y además íbamos a un nuevo campamento que habían inaugurado en Andorra. Fuimos en autobús desde Barcelona. Hasta allí tardamos tres horas y media, pero el tiempo se nos pasó volando.

Cuando llegamos, ya era de noche, dejamos las maletas en las habitaciones, en cada una, había tres literas y un baño.

Entonces, nos llamaron para hablarnos del campamento: nos dieron las normas de convivencia, nos presentaron a los monitores, nos contaron las actividades que había, y de qué trataba cada una, también que cuando sonara la campana se refería a las horas de comer, nos dieron una hoja que ponía las horas de las actividades y la de los descansos.

De repente, sonó la campana, eso era la cena. Mis amigos y yo fuimos rápidamente, nos sentamos como quisimos y nos levantamos a coger la comida en orden. Todo estaba buenísimo.

Después, nos sentamos junto al fuego, y los monitores empezaron a contar historias de miedo. Nos contaron una que trataba de un viejo loco que merodeaba por este campamento. Unos decían que lo habían visto y otros que era una simple historia. Nos contaron que los que lo veían, no aparecían jamás. Todos estábamos muy asustados, no queríamos que se nos apareciese. Y en ese mismo instante, vimos al viejo loco, con ropas rotas y un hacha en la mano. Todos, incluidos los monitores empezamos a gritar y a correr. Nosotros preguntamos al monitor que había contado la historia, si era una broma y él nos dijo que era el loco de verdad. Nos escondimos en la habitación de los monitores, mientras el viejo loco estaba buscándonos por todo el campamento. Creíamos estar a salvo, así que abrimos la puerta y entonces..., el terrible hombre nos encontró, cerramos como pudimos la puerta, pero él insistía en dar porrazos.

Yo, que siempre llevaba el móvil en el bolsillo, llamé a la policía, y le contamos todo lo que ocurría, y les pedimos que viniesen lo antes posible.

La verdad, no tardaron ni cinco minutos, eso si era rapidez. Cuando vieron al loco, fueron a por él y lo arrestaron. Todos estábamos muy aliviados.

Así que nos fuimos a la cama muy tranquilos. Toda la semana hicimos muchas actividades y lo pasamos muy bien, claro, menos ese día que vimos al loco.

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