sábado, 9 de abril de 2011

"La casa" Tomás Nicolás Eade


Érase una vez una casa grande, como son todas por la zona de Simón Verde, con sus dos pisos y multitud de habitaciones. Como en multitud de casas viejas de todo el mundo, es muy frecuente y normal la muerte de sus antiguos inquilinos.

En esa casa había muerto antiguamente una señora mayor que era costurera, y se pasaba los días cosiendo en su máquina.

Un día la abuela de mi novia cosía con esa vieja máquina de coser, como muchos otros días, pero éste fue especial, ya que al parar y dejar la máquina y dirigirse a la cocina, la máquina empezó a funcionar de nuevo y coser sola.

No sólo ocurrían esas cosas, muchas mañanas se encontraban la habitación donde estaba la máquina, patas arriba, cambios de temperatura, sonidos extraños..., lo típico en estos casos, pero sólo en esa habitación.

Otro día una de las hijas trajo a dormir a su novio a casa y sin decirle nada de lo extraño, le hicieron dormir en la habitación. Esa noche, el chico despertó, no por el frío del ambiente, sino porque sentía que no podía respirar bien. Abrió los ojos y vio a una señora mayor mirándole, mientras intentaba ahogarle con las manos. Se levantó de golpe, mientras oía chillidos en su cabeza. Se dirigió a toda prisa hacia la puerta y, aunque el pomo estaba ardiendo, logró abrirla.

Salió de la habitación, subió las escaleras y despertó a todos los habitantes de la casa. Aterrorizado, esa noche durmió con sus futuros suegros y no pasó más noches en esa casa.

Las cosas raras siguieron ocurriendo y, supongo que siguen aún, pero esa cas ya se vendió hace unos años; la compró una anciana a la que le gustaba mucho coser...

Tomás Nicolás Eade

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