viernes, 1 de abril de 2011

"El viaje a Alemania" por Alejandro Patilla (4ºB)


El interRail frenó súbitamente, despertando con sobresalto a dos de los cuatro españoles que en él viajaban: habían llegado a Alemania.

Sergio y Pablo se incorporaron, y, al abrir los ojos, vieron que Marta y Ana ya estaban en pie, esperándolos.

Los cuatro amigos bajaron del tren, se abrigaron y salieron a la fría Berlín, dispuestos a visitarla. A la hora de comer, se dirigieron a un restaurante, situado a las afueras de la ciudad.

El restaurante estaba al pie de una colina, sobre la cual se levantaba un imponente castillo, motivo de su visita a aquella alejada zona.

Mientras los cuatro almorzaban dentro del cálido restaurante, advirtieron que afuera comenzaba a llover. Media hora más tarde estaban fuera. Ya sin lluvia, pero con el suelo aún mojado, se encaminaron colina arriba. Durante el camino encontraron varios grupos de turistas, que corrían cuesta abajo, despavoridos, y que les lanzaban miradas de asombro. Los cuatro españoles, confusos, siguieron su camino.

Al llegar a la cima, descubrieron a un grupo de turistas ingleses hablando con la policía alrededor de un cadáver. Los extranjeros trataban de explicar que, durante un momento, habían perdido de vista a su amigo. Este había entrado en el castillo, y allí había aparecido misteriosamente muerto.

Ana y Marta, que escuchaban atemorizadas, se negaron a entrar a visitar el castillo, alegando que éste estaba encantado, pero finalmente, convencidas por sus compañeros, entraron.

Al salir los cuatro sanos y salvos, Pablo y Sergio comenzaron a mofarse de las supuestas presencias fantasmales de la fortaleza.

Cuando al final del día los cuatro amigos volvieron al tren, las bromas no sólo no habían cesado, sino que ahora, además eran más graves y ofensivas.

Esa misma noche el tren descarriló. Como consecuencia, murieron dos jóvenes de origen español.

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