viernes, 8 de marzo de 2013

MUJERES

En la India las mujeres y las niñas siguen siendo vendidas, casadas a los 10 años, quemadas vivas por peleas sobre las dotes o explotadas como esclavas. Al quedar viudas, deben vivir de luto y apartadas el resto de sus vidas porque se cree que le han dado mala suerte al marido.
En la mayoría de países del mundo árabe, ser mujer es un reto con pocas posibilidades de éxito. En algunas grandes ciudades, como El Cairo, las prácticas de acoso sexual se han convertido en una auténtica epidemia.
En Méjico (país perteneciente al G-20) el machismo está tan enquistado que dos de cada cinco mujeres tienen que pedir permiso a sus maridos para salir solas de día y dos tercios de la población femenina han sufrido algún tipo de violencia doméstica. Todavía se recuerda tristemente Ciudad Juárez, donde la ola de feminicidios que comenzó en 1993 impactó al mundo. Pero dos décadas después los asesinatos siguen impunes y la cuenta de mujeres asesinadas continúa aumentando.
En África, a pesar de los intentos por erradicar la ablación, lo cierto es que 70 millones de mujeres africanas la han sufrido y en algunos países, como Somalia, el porcentaje llega al 90%. En Sudáfrica, único país africano en el G-20, una mujer es violada cada 26 segundos.
En España, la crisis se está cebando con las mujeres y los índices de precariedad laboral, paro y pobreza son mayores en la población femenina (según las últimas estadísticas, como decía Dámaso Alonso).
Estos son solo algunos ejemplos de un mundo miserable donde la igualdad entre hombres y mujeres es aún casi un mito.
¿Todavía hay que seguir justificando por qué existe un DÍA DE LA MUJER?


He conocido a muchas mujeres en mi vida, reales y ficticias, de forma directa o indirecta que me han influido poderosamente y me han hecho en gran parte ser como soy. En medio de un panorama tan ruin como el descrito anteriormente, hay en el pasado y en el presente (y espero que en el futuro) mujeres milagro que han hecho que la humanidad merezca tal nombre. De las muchísimas, hoy quiero felicitar de forma simbólica a una, Malala, la niña-mujer que casi paga con su vida la defensa del derecho a la educación de las niñas.
Y, como en la entrega de los Óscar, quiero mandar desde aquí mis felicitaciones personales en este Día de la Mujer:
A mis alumnas y antiguas alumnas, niñas y mujeres, que serán las que salven este mundo de rastrojos del pozo en que se halla. Sé que son y serán personas honestas y buenas. Sois nuestra esperanza.
A tantas madres de alumnos y compañeras que he conocido en mi vida profesional. Es emocionante trabajar juntas por la educación. Me habéis enseñado mucho.
A mis amigas porque son un don al que no le afectan los recortes. Fuertes, sensibles, grandes y pequeñas, luchadoras, generosas, bellas siempre. Gracias porque estáis siempre conmigo. No hace falta que os nombre: sabéis quiénes sois.
Quiero terminar con una NO FELICITACIÓN:
ÁNGUELA, quiero no felicitarte. Ni te aprecio, ni te admiro, ni te veo el mérito. Sé que muchos te idolatran por tu vestuario arco iris-titanlux; pero yo, ni por eso. De todas formas da igual: hoy te lloverán las felicitaciones e incluso puede que te caiga algún regalo. Una chaqueta nueva color prima de riesgo, por ejemplo.


5 comentarios:

Susana Márquez Gallud dijo...

Me ha parecido horrible el dato que dice que en Sudáfrica una mujer es violada cada 26 segundos, no entiendo como a día de hoy puede existir gente con tanta frialdad, que consiga su "felicidad" , aunque realmente no creo que lleguen a ser felices, a costa de hacerle daño a otras personas.

Anónimo dijo...

Hola, hace tiempo que no escribes entradas, ¿qué ha pasado?. Estoy de acuerdo con tu entrada.

Luna de Sevilla dijo...

Muy buena crónica de la realidad, aunque lamentablemente corta por todo lo que seguimos sufriendo las mujeres. Gracias por tu granito de arena, Leonor, me gustaría felicitarte a ti misma por ser una mujer maravillosa, inteligente, culta y muy especial. ES importante que hablemos bien de nosotras mismas, es importante hacer piña entre todas para evitar desigualdades y violencia. Un millón de besos, Lola Martín

Claudy León dijo...

Me ha gustado mucho aun que todavia no soy capaz de imaginarme a una mujer pedir permiso a su marido para salir a comprar. Me parece detestable la clase de personas que puede haber en este mundo. En fin todo llegara a su fin y nos daremos cuenta del paso que dara la mujer.

Beatriz Fernández dijo...

Gracias por la entrada, Leonor.
La unión de mujeres es una buena respuesta a las bestias de violencia que andan sueltas por ahí.
Me ha gustado mucho tu no felicitación: en nombre de la paridad no se puede admitir cualquier cosa.