sábado, 24 de marzo de 2012

SILENCIO


Esta mañana me ha despertado el silencio. Era un silencio puro y acogedor como la almohada a la que te abrazas cuando duermes. No se oía nada. Cuando me levanté y miré por la ventana, entendí por qué era un silencio tan mullido: estaba lloviendo.
Un día sin palabras huecas, palabras gruesas, palabras afiladas, palabras engañadoras. Un día lleno de irrealidad. Tengo tiempo de sacar mis papeles de colores: el rojo, el verde, el azul, el morado, el de rayas, el de lunares... Tengo muchos más. Puedo mirarlos con detenimiento y decidir cuál es el mejor. O lanzarlos al aire y esperar a ver cuál se posa en mi mano. O hacer con ellos pajaritas de papel y jugar. O tirarlos.
Y puedo hacerlo sin tener que escuchar palabras huecas, palabras gruesas, palabras afiladas, palabras engañadoras.
Por favor, ¿por qué el Estado no nos regala a los ciudadanos al menos en cada estación un día de silencio? Aunque sea solo para disfrutar de este rico silencio pasajero, antes de que comiencen los gritos.
Os dejo un libro. Es para leerlo en silecio. Disfrutadlo.
PS: "palabras gruesas" es una creación que me ha prestado un amigo. Gracias.

2 comentarios:

Beatriz Fernández dijo...

Gracias por la entrada, Leonor.
Duró poco el silencio.

Eva María dijo...

Hoy, otro día como ese que describes, te leo, y tus palabras no huecas, no gruesas, no afiladas y no engañadoras son un regalo para mí. Gracias te digo yo también.
Además, tu regalo de libro es un regalazo. Ojalá lo hubiera leído más de uno y más de una de los que he visto hoy en el telediario...