jueves, 27 de febrero de 2014

LA LADRONA DE LIBROS



 


Aprovechando el día del espectador,  me fui ayer al cine con el único propósito de despejarme. Algunos de mis alumnos de Bachillerato me habían recomendado que fuese a ver La ladrona de libros. De hecho, un buen alumno me había dicho, palabras textuales: "El otro día estuve en el cine y me acordé de ti, Silvana. Vi la película La ladrona de libros y pensé que te encantaría". Así que, estaba claro que con esta crítica tenía que verla. Mi alumno acertó, me encantó. La película está ambientada en un pueblecito de Múnich. La historia nos sitúa en la Alemania nazi justo antes de que estallase la II Guerra Mundial. Sin embargo, está muy lejos de ser la típica película bélica. Su protagonista, Liesel Meminger, es una niña que vivirá en una familia de acogida las luces y las sombras de la vida. No quiero desvelaros mucho más, puesto que mi intención es animaros a ver la película o ,si cabe mejor, animaros a leer el libro. Esta película, que ahora tiene tanto éxito, es la novela de Markus Zusak llevada al cine y que llegó a sobrevivir 105 semanas entre las mejores de la lista de best seller infantiles del New York Times. Además, ha obtenido numerosos premios, entre los que destaca el Premio Michael L. Printz en 2007. Me despido haciéndoos una recomendación: "Ayer estuve en el cine y me acordé de vosotros. De todos aquellos que amamos los libros, las palabras y la cultura. Pensé en que como a mí a vosotros os encantaría ver La ladrona de libros. Una película que os hará recordar sentimientos dormidos como la vergüenza de no leer bien, la satisfacción de aprender a leer, el primer libro releído, la primera dedicatoria o nuestra primera biblioteca."He de reconocer que yo, al igual que Liesel,  tuve a alguien que se preocupó de inculcarme la pasión por los libros. Esa persona fue mi madre. Una madre que me enseñó a leer y también me enseñó a cuidar y respetar los libros, incluso aquellos que no me gustaban. Una madre que se preocupó porque tuviese una digna biblioteca a mi alcance. Una madre que escribía cuentos para mí. Gracias mamá por haberme infectado el virus de la lectura. Ayer también me acordé de ti.








1 comentario:

Beatriz Fernández dijo...

Qué bonita entrada, Silvana. Al leerla también me he acordado de todos aquellos que me enseñaron y animaron a disfrutar con la lectura y los libros desde pequeña: mis padres y la mayoría de mis maestros y profesores.