Felices
compras, amigos, muy felices compras y derroches. Muy felices sonrisas a causa
de un regalo, muy feliz falsedad. Cualquiera diría que hablo de la pobre Navidad
y en lo que se ha convertido. Pero no, me refiero a este magnífico y bonito día
creado para el maravilloso consumo. Ese
que tanto practicamos de forma involuntaria y contra el que no queremos hacer
nada. Para qué, ¿no? Y este bonito día del año en el que las parejas deben
demostrarse su amor, porque el amor con lo bonito e intenso que es se
demuestra, particularmente, en un día. Día en el que el romanticismo está a
flor de piel, llegando a provocar el que haya muchos cumpleañeros en noviembre.
Y ni se te
ocurra ser un soso y pases de hacerle un detallito a tu pareja, que no cuesta
nada. Pero cuanto más bonito sea, mejor. Por ejemplo: una cenita con velas. Cuando
terminéis el primer plato le das un regalito, después del segundo llegará el
postre y con él, el regalo estrella (¡oh!, que sorpresa). Por último un beso y…
En resumen, ¡qué día más bonito! No me seas un soso y no te pierdas el postre, hombre.
Pero, en este
día sobran los solteros. Cuando decidieron añadirlo en el calendario seguro que
al soltero de la mesa no le echaron mucha cuenta. Pobrecitos de nosotros, dando
un paseo el catorce de febrero. ¡Cómo se nos ocurre! Solo conseguimos
deprimirnos. No salgas de tu casa, mantente en cuarentena. Si vas al cine, la
sala emanará amor por cada uno de sus pares de sillones. Si estás en la calle,
los bancos serán un escaparate del amor que acontece este día. Si decides ir a
un bar, te encontrarás lo mismo que en el cine, solo que cada una de las mesas
estará ocupada por una pareja compartiendo un empalagoso menú de embobados,
digo de enamorados. ¡Uy! ¿En qué estaría pensando yo? En definitiva, que para
aburrirte en la calle o recordarte que no tienes con quien compartir este día, no
pongas un pie en el umbral de tu casa.
Lo mejor llega
si tienes hermanos con parejas (¡Oh Dios! mi casa también está contaminada). No
te preocupes, tu cuarto siempre estará ahí para acogerte. Además, durará poco
en tu casa. En breve, se dirigirán a cualquiera de los sitios que emanan ese
amor que ellos también comparten. ¡Se me olvidaba! En el caso de que seas un
soltero convencido, en este consumista día te vas a dar cuenta de que tu estado
no es el más aconsejable y de que, como
dicen los anuncios, necesitas a tu media naranja para ser feliz.
Yo,
casualmente, cogí un virus el deseado y esperado catorce de febrero, será que
no estoy preparado para cerciorarme de que vivo en una mentira y les envidio.
Desde la biblioteca y como cada año, se han organizado diferentes actividades para conmemorar el Día de San Valentín. Las actividades han sido muchas y diversas: consurso de poemas, obsequio de "caramelos del amor", etc. Hemos querido, además, realizar actividades innovadoras que potenciasen la creatividad y la conciencia crítica entre nuestro alumnado. Así pues, en 1º y 3º de la ESO, se han realizado Publi-poemas y, en 2º de Bachillerato, nuestros alumnos han reflexionado sobre qué es el día de San Valentín para ellos. Estos alumnos trabajan en este curso los géneros periodísticos de opinión, tales como la columna. Por este motivo, les encomendé el trabajo voluntario de realizar una columna periodística en la que, libremente, pudiesen expresar su propia visión del día dedicado al amor.¡Qué mejor escaparate para mostraros sus "columnas periodísticas" que nuestro blog!
Comprar
algo bonito, algo caro a la persona que quieres. Demostrar tu amor por medio de
objetos materiales para sacar una sonrisa, o, simplemente, por no ser tachado
de ``soso´´ el día de los enamorados. San Valentín se ha convertido en una celebración
que aporta muchos ingresos al sector industrial, ya sea por medio de flores,
bombones, ropa, zapatos, perfumes, etc. Nos hemos vuelto esclavos de la
política capitalista, hemos obviado que nuestra pareja no desea algo bonito del
que alardear delante de sus amigos o conocidos. ¿Realmente estamos demostrando
nuestro amor si únicamente lo demostramos un día al año, gastando una gran
cantidad de dinero para esa persona especial? o, en cierto modo, ¿sólo es una fiesta más que sirve de excusa
para elevar las ventas?
Detrás de
cada producto que adquirimos hay una explotación tercermundista que sufre las
consecuencias. No nos hemos parado a pensar de dónde o cómo llegan hasta
nuestro país esas rosas que compramos. No nos hemos parado a pensar que muy lejos
de aquí en unos invernaderos de Kenia, cuya temperatura es de más de 50 grados
mientras la temperatura exterior es de 27 grados, hay personas trabajando por
1,25 € al día en turnos de 9 horas diarias. Ni que en Bangladesh o Pakistán
cientos de niños están siendo explotados para tener a nuestro alcance prendas
que comprar a bajo coste.
Realmente,
hemos olvidado que San Valentín no es una competición de quién quiere más a
quién por la cantidad de dinero que se ha gastado y, en cierto modo, nos
enfadamos si nuestro novio o novia no es capaz de dejar la ``tacañería´´ a un
lado y darnos nuestro regalo de amor. El amor, amigos, se demuestra día a día.
¿O acaso el empresario de éxito que le compra a su mujer por el día de los
enamorados un abrigo de piel, la quiere más que el que está trabajando en el
invernadero de Kenia y no puede regalarle nada a su esposa, pero día a día la
apoya?
Estamos
totalmente manipulados por las grandes multinacionales, con esto no quiero que
nadie se sienta mal por participar en esta fiesta y colaborar en la activación
de la economía de mercado, para nada. Sólo pretendo que se tome conciencia y
que seamos críticos de que no solo nos impulsan a ello, sino que también nos
ocultan los perjuicios que ocasionan a otras personas.
San Valentín
es una fiesta con muchos cientos de años, tiene su origen en un sacerdote que
casaba a los jóvenes durante la época del Imperio Romano, a pesar de que
hubiese una ley que prohibía los matrimonios de muchachos con edad de
ejercer de soldados. ¿En qué lo hemos derivado? Os invito a la reflexión.
Fátima Reina 2º BCTA, Vosotros los que leéis, 19/02/14
14 de febrero. Unos lo llaman “Día de los enamorados”, otros “Día de San
Valentín ” y otros, simplemente lo consideran el “Día del Corte Inglés”, puesto que, al igual que otras festividades, se ha fomentado con motivo económico, muy lejos de su espíritu original.
Hoy en día cada vez
más se critica este singular evento. En cambio, yo no lo considero ni inadecuado ni
incorrecto. A mí no me parece mal un día dedicado al amor. Si atendemos
verdaderamente a la esencia del 14 de febrero, podemos encontrar algo más que
dinero. En este día las parejas no deben comprar, sino tener un detalle con su
ser amado. Demostrarle que todavía se sienten felices de estar el uno con el
otro, que se quieren.
A pesar de lo pensado, no es obligatorio vaciar la
cartera para complacer, pues un solo clavel arrancado de un matorral basta para
sacar una sonrisa y demostrar que aún se sigue enamorado. Que se debe mostrar
todos los días. Sí, es cierto, pero al igual que una madre es madre todos los
días y existe el día de la madre, hacer un homenaje al amor una vez al año no
me parece que tenga inconvenientes.
Hay quienes se sienten afligidos al estar solos en
un día como este, ya que lo asocian automáticamente al día de las parejas. Pero
¿no se dan cuenta? ¡Es el día de los enamorados! Ni todas las parejas están
enamoradas ni todos los enamorados están en pareja. Así pues, en San Valentín,
despierta con una sonrisa en la cara. Si no te has enamorado aún de nadie ¡ enamórate
de la vida! Tal vez sonriendo consigas que alguien se enamore de tu sonrisa y
le darás sentido a su 14 de Febrero.
Ángela Rodríguez, Vosotros los que leéis, 19/02/14
El amor es la
máxima expresión de amistad, de tranquilidad y de libertad. Muchos soñamos con
encontrar el amor de nuestra vida, muchos lo encontramos… Qué mejor que dedicar
un día a honrar y conmemorar ese sentimiento tan especial, tan único. San
Valentín es cómo se denomina ese día. Es utilizado por los grandes comercios
para obtener dinero. Se aprovechan de los que piensan que si no regalan algo
material a su pareja no es amor de verdad lo que siente hacia ella. Para mí, el
amor no puede materializarse, es decir, no puede compararse con ningún objeto.
No veo necesario esperar al 14 de febrero de cada año para regalarle algo a tu
pareja. En ese día todos los comercios, restaurantes, anuncios, etc. están
llenos de propaganda artificial. ¿Por qué debemos acordarnos ese día de nuestro
amor? ¿Por qué ese día tenemos que comportarnos como compradores compulsivos
para demostrar amor hacia nuestra pareja? Una simple cena romántica en casa o
un detalle personal bastan para agradecer a tu chico todo el amor que te confiere.
Los millones
de rosas que se regalan ese día no florecen en huertos o invernaderos cercanos,
puesto que en estas fechas no nacen naturalmente. Estas rosas son cultivadas en
los invernaderos de Kenia, donde muchos trabajadores, con salarios ínfimos,
trabajan a temperaturas elevadas y en condiciones infrahumanas. Esta es una
realidad a la tenemos que enfrentarnos a la hora de comprar rosas. Es cierto
que nosotros no pensamos en eso mientras las compramos, pero hay que aceptar
que hay un “mercado negro” tras este maravilloso regalo. Con esto no quiero
hacer sentir mal a nadie que compre rosas. Mi intención es que todos sepamos
que nos están ocultando una triste verdad. Hay comercios que desconocen estos
invernaderos, pero la mayoría si saben de ellos, y duele saber, que a pesar de
ello, siguen comprando esas rosas para venderlas a precios más elevados.
En resumen,
pienso que San Valentín debe seguir siendo el día de los enamorados, pero es
necesario concienciar a muchos de que es el día del amor, no del derroche de
dinero.
Sandra Castell, Vosotros los que leéis, 19/02/14
¿Qué es
San Valentín? Para muchos será un día muy bonito en el que las parejas de enamorados
se regalan cosas y esperan del otro un detalle o hacer algo diferente al resto
de días. Se supone que tú quieres a una persona todos los días y que debes hacer
que cada día sea especial, no porque sea un catorce de febrero tienes que
hacerlo especial ni regalarle cosas a tu pareja. Eso es una excusa que han
inventado las grandes empresas para que compremos, gastemos y consumamos. Para
que caigamos en la misma espiral de siempre, volviéndonos borregos como el
resto, haciendo lo que la mayoría hace. Considero que no dejas de querer más o
menos a tu pareja porque el catorce de febrero no salgas a cenar con ella, o no
le regales algo.
Lo españoles volvemos a tropezar dos veces con
la misma piedra. De nuevo hemos copiado una festividad que no es nuestra.
Realmente, San Valentín es una festividad anglosajona. Fue la ya desaparecida Galerías
Preciados, la que instauró en España esta nueva festividad consumista, en la
que los enamorados no tenían más remedio que regalarse para dejar constancia de
lo que sentían. Esta celebración se ha mantenido hasta nuestros días y, cada 14
de febrero, los comerciantes se frotan las manos.
Yo no estoy ni en contra ni a favor de que
haya un día de los enamorados, al igual que hay un día dedicado a celebrar el
Orgullo Gay. Pero sí estoy en contra de ese consumismo que se genera al
rededor, ya que si tienes pareja, te ves en la tesitura de tener que regalarle
algo. Esto se hace más notable entre las parejas jóvenes y parece que la carga
es aún mayor si eres un chico. El chico parece estar obligado a tenerle que
hacer un buen regalo a su chica para que así, ella, pueda presumir del buen
novio que tiene. Sin embargo, cada vez hay más chicas que también soportan
estoicamente esta carga.
En
muchos casos, si no regalas nada hasta te critican. Pero, señores, ¿demuestra realmente
un regalo, en un día preestablecido, mi
amor hacia alguien? Yo creo que no, es más, yo preferiría que me demostraran
día a día que me quieren, que soy importante, antes que un día me regalasen
algo. Probablemente, si le hiciésemos esa pregunta a mil chicas de entre 14 y
18 años, todas te responderían lo mismo que yo. Sin embargo, si en San Valentín
no tienen regalos, se enfadan con sus parejas. Lo considero una actitud hipócrita,
la verdad. Hay muchas parejas que presumen de felicidad y amor en ese día. Esta
circunstancia me trae a la mente el refrán: “Dime de qué presumes y te diré de
qué careces”, sabio el refranero español. Otra tema relacionado con el Día de
San Valentín y que me llama enormemente la atención, es la sorprendente facilidad
que tiene mucha gente para enamorarse,
para decir “te amo” y para querer regalarle el cielo a su pareja. Quizás el
problema sea mío, pero soy de las que cree que no te enamoras muchas veces en
la vida. Opino que puedes querer, laro,
querer muchísimo. Sin embargo, para mí enamorarse es un sentimiento muy grande,
que abarca muchas cosas. Me reitero, quizás sea yo un tanto extraña, pero creo
que jamás he dicho “te amo” a algún chico, y no será porque no he querido. Probablemente,
haya querido más que muchos de esos que dicen “te amo” como el que respira, o
como el que dice “hola”.
Y
digo yo ¿quién se acuerda de esa mendiga que pide en las calles, de esos
inmigrantes que piden en los semáforos o esos que duermen entre cartones en
parques y en cajeros?¿Ellos no se merecen un regalo?¿Ellos no tienen
sentimientos, no quieren, no aman? Pero, claro, nosotros a lo nuestro y si el
de delante se cae, pues, lo pisamos o miramos para otro lado.
Finalmente, quizás personas como yo seamos las
que no encajamos en días así. Aunque yo soy la más consumista del mundo, pero
no para días así, en el que se compra por mostrar amor a alguien. No creo que seas
más cariñosa, mejor novia por eso.Así, dejemos a un lado las costumbres absurdas
y queramos todos los días. Díganle a su pareja día a día lo importante que es y,
sobre todo, demuéstreselo. Cuídese de no caer en las redes del consumo.
Erica Sierra 2º BHCSA, Vosotros los que leéis, 19/02/14
Felices
compras, amigos, muy felices compras y derroches. Muy felices sonrisas a causa
de un regalo, muy feliz falsedad. Cualquiera diría que hablo de la pobre Navidad
y en lo que se ha convertido. Pero no, me refiero a este magnífico y bonito día
creado para el maravilloso consumo. Ese
que tanto practicamos de forma involuntaria y contra el que no queremos hacer
nada. Para qué, ¿no? Y este bonito día del año en el que las parejas deben
demostrarse su amor, porque el amor con lo bonito e intenso que es se
demuestra, particularmente, en un día. Día en el que el romanticismo está a
flor de piel, llegando a provocar el que haya muchos cumpleañeros en noviembre.
Y ni se te
ocurra ser un soso y pases de hacerle un detallito a tu pareja, que no cuesta
nada. Pero cuanto más bonito sea, mejor. Por ejemplo: una cenita con velas. Cuando
terminéis el primer plato le das un regalito, después del segundo llegará el
postre y con él, el regalo estrella (¡oh!, que sorpresa). Por último un beso y…
En resumen, ¡qué día más bonito! No me seas un soso y no te pierdas el postre, hombre.
Pero, en este
día sobran los solteros. Cuando decidieron añadirlo en el calendario seguro que
al soltero de la mesa no le echaron mucha cuenta. Pobrecitos de nosotros, dando
un paseo el catorce de febrero. ¡Cómo se nos ocurre! Solo conseguimos
deprimirnos. No salgas de tu casa, mantente en cuarentena. Si vas al cine, la
sala emanará amor por cada uno de sus pares de sillones. Si estás en la calle,
los bancos serán un escaparate del amor que acontece este día. Si decides ir a
un bar, te encontrarás lo mismo que en el cine, solo que cada una de las mesas
estará ocupada por una pareja compartiendo un empalagoso menú de embobados,
digo de enamorados. ¡Uy! ¿En qué estaría pensando yo? En definitiva, que para
aburrirte en la calle o recordarte que no tienes con quien compartir este día, no
pongas un pie en el umbral de tu casa.
Lo mejor llega
si tienes hermanos con parejas (¡Oh Dios! mi casa también está contaminada). No
te preocupes, tu cuarto siempre estará ahí para acogerte. Además, durará poco
en tu casa. En breve, se dirigirán a cualquiera de los sitios que emanan ese
amor que ellos también comparten. ¡Se me olvidaba! En el caso de que seas un
soltero convencido, en este consumista día te vas a dar cuenta de que tu estado
no es el más aconsejable y de que, como
dicen los anuncios, necesitas a tu media naranja para ser feliz.
Yo,
casualmente, cogí un virus el deseado y esperado catorce de febrero, será que
no estoy preparado para cerciorarme de que vivo en una mentira y les envidio.
Manuel Santos 2º BCTA, Vosotros los que leéis, 26/02/14
Ni una semana ha transcurrido desde el
sonado día de San Valentín, el pasado 14 de febrero para los más despistados, y
ya se ha olvidado cualquier frívolo detalle que pudiera habernos conmovido
durante las fabricadas 24 horas del “Día de los enamorados”. No más
enternecedoras muestras de afecto ni tampoco los omnipresentes regalos que,
según nos han forzado a creer, encierran el más entregado y valioso de los
amores. Valioso sí, pero no para nosotros, sino para aquellos que, año tras año
y anuncio tras anuncio, explotan la feliz inocencia de los incautos
consumidores.
¿Ella quiere amor? Regálele un libro.
¿Quiere también amor él? Regálele un teléfono. O, si lo desea, hágalo al revés.
En cualquier caso, como suele decirse, el orden de los factores no altera el
producto.
Desgraciadamente, no es otro sino éste, el
mensaje estrella del día de San Valentín escondido apenas con desgana. Y lo
peor de todo no es el tan criticado carácter consumista del evento, de algo
deben comer los vendedores, digo yo. El verdadero pecado es que hayamos
olvidado que el amor no se compra, ni tampoco se vende. El amor se entrega y se
recibe sin más recompensa que el placer de sentirlo, como un regalo en sí
mismo. Y eso es algo que jamás podrán vendernos.
Arturo Moreno 2º BCTA, Vosotros los que leéis, 26/02/14
San
Valentín, es ese día en el que todas las parejas suelen tener un detalle romántico,
pero ¿nos hemos parado a pensar lo que en realidad simboliza? Esta muestra de
afecto se está convirtiendo en algo más nuestro cada día, cuando en realidad ni
siquiera es una costumbre de nuestro país.
Desde
mi punto de vista, no es más que un día normal en el que las parejas se hacen algún
tipo de regalo o, simplemente un detalle, con el que demostrar su amor. Pero la
verdad es que no veo bien que sea tan solo un día, ya que el año tiene 365. Sin
embargo, yo, al igual que mucha otra gente, pienso que la influencia de esta
celebración es sobre todo beneficiosa para aquellos comercios que desde que
finaliza la Navidad,
comienzan a promocionar sus productos para el día de San Valentín. Por ello,
pienso que ni siquiera es una tradición que hayamos aceptado por voluntad
propia, sino que nos ha sido impuesta por los grandes comercios. También
considero necesario resaltar el elevado precio de los productos, que parece se
disparan por estas fechas. Sinceramente, creo que los comerciantes aprovechan
este día como excusa para hacernos gastar nuestro dinero y así salir
beneficiados.
Por
otro lado, también es cierto que está bien ser detallista con aquellos a los
que queremos y no solo con nuestras parejas. Pero ¿por qué hacerlo sólo cuando
nos lo impongan? Muchas parejas incluso discuten por este día, llegando en
ocasiones a romperse como resultado del enfado ocasionado por la decepción de
no haber recibido el detalle esperado. Sin embargo, ¿está este día pensado para
eso? Más bien todo lo contrario, pues su objetivo no es otro que el que nos
demostremos afecto, algo que la gente llega a tomarse demasiado en serio.
Pero,
también, podemos verlo desde una perspectiva más positiva, como un pretexto
para apreciar quiénes son las personas que realmente se acuerdan e invierten su
tiempo en nosotros. Por todo esto, creo que debemos valorar la celebración del
día de San Valentín como una excusa para regalar verdaderamente amor, tanto el
14 de febrero como el resto de días del año.
Beatriz Tello 2º BCTA, Vosotros los que leéis, 26/02/14
El día de San Valentín es un perfecto acontecimiento para
retomar ese sentimiento llamado amor que, en muchas ocasiones, se encuentra
olvidado en un rincón. Podemos sentir amor hacia nuestra pareja, hacia nuestros
padres, hacia nuestros amigos y, por ello, este es un día perfecto para todo
aquel que quiera demostrarlo.
Para muchos es un día absurdo, falto de interés cultural,
que solo sirve para atracar nuestros bolsillos, pero lo cierto es que es un día
lleno de sensibilidad en el que no es necesario ni obligatorio gastarse una
fortuna. Más bien, en mi opinión, un regalo artesanal hecho a mano por la
persona en cuestión o un pequeño detalle o, tal vez, solo un gesto, puede
llegar a ser millones de veces más importante que un gasto de dinero innecesario
por carecer de sentimiento alguno.
La cuestión principal de este día debería ser el hacer
sentirse especial a otras personas, a las personas que queremos sin importar de
quién se trate. Consiste en conseguir que para otras personas el día sea
especial. Tal vez, sólo hiciese falta una visita inesperada, una carta anónima,
un “buenas noches” especial, una canción susurrada, etc. Son muchísimas las
ideas que se nos pueden ocurrir, todo depende de nuestras ganas.
Todos nos merecemos días especiales al igual que ser
reconocidos y valorados. ¡Qué mejor
manera de reconocer a alguien que en el día del amor! De la misma manera que un
padre o una madre poseen su día festivo, también la pareja debe tener el suyo
propio.
Para concluir, dejar claro que el día de San Valentín es un
día de cariño, de amor, de confianza, de respeto, en el que podemos dirigirnos
a una sola persona especial o, tal vez, a toda una familia. En mi opinión, el
día de San Valentín tendría que celebrarse con todas y cada una de aquellas
personas a las que apreciamos.
Lourdes García 2º BCTA, Vosotros los que leéis, 26/02/14
El
14 de febrero es una fecha marcada en los calendarios de miles de parejas, ya
que es considerado el Día del Amor. En este esperado día, los enamorados han de
demostrarse mutuamente sus sentimientos a base de regalos, como bombones, flores,
peluches, etc. Así, este enfático homenaje al enamoramiento tiñe de rojo el
mundo durante 24 horas, dejando para cada año el recuerdo de múltiples
anécdotas y curiosidades. Esta exaltación del sentimiento amoroso incluye
cursis melodías, películas empalagosas, dulces, velas y todo lo que se le venga
a uno a la cabeza.
Esta jornada, instaurada a mediados de febrero en
honor a un santo romano abanderado del amor, convulsiona como pocas al mundo
entero. Según la leyenda, San Valentín era un sacerdote romano que, hacia el
siglo III d.C., celebraba matrimonios a escondidas en contra del emperador.
Finalmente, fue ajusticiado y santificado por la Iglesia. Desde
entonces, el día de su ejecución, el 14 de febrero, es considerado símbolo de
amor y amistad.
En estas fechas, todo el mundo sale de compras en
busca de un regalo con el que demostrar a su pareja todo su afecto. Resulta
lógico pensar que este aumento de las ventas sea una mera estrategia de las
compañías comerciales. De forma que
dicha festividad haya sido creada con el más puro objetivo de consumo,
ignorando por completo el verdadero significado del amor, tema principal en el
día de San Valentín. Existe, por tanto, todo un
abanico de posibilidades que, amablemente, nos son ofrecidas por los
comerciantes y que, según los posibles de cada cual, van desde un simple
chocolatito hasta una romántica noche de lujo.
Ángela Vidal, Vosotros los que leéis, 27/02/14
San Valentín es considerado el
día de El Corte Inglés por muchas personas, entre las que me incluyo. Siempre
he pensado que el amor se demuestra con hechos, no con un obsequio el 14 de
febrero. Sin embargo, el pasado día de los enamorados recibí un regalo, y no
precisamente de mi novio, que me hizo cambiar de parecer.
Llegué
a mi casa cansada como cualquier viernes, o más que de costumbre tras un examen,
y recibí una sorpresa que me hizo hasta llevarme las manos a la boca en señal
de fascinación. Encima de la almohada había una rosa roja con una nota y un
regalo envuelto al lado. Mis padres lo habían preparado todo esa mañana para
ver mi cara de felicidad al encontrarme con el detalle, no fue para menos. En
cuanto vi los regalos, fui a buscarlos con ellos encima. Quería darles un
abrazo mientras les decía lo mucho que los quería y les daba las gracias. Todo al
mismo tiempo que a mi madre se le saltaban las lágrimas de emoción.
Entonces,
me puse a pensar y llegué a la conclusión de que no debía haber juzgado
negativamente a las personas que se dan regalos en San Valentín si antes no
había experimentado lo que se siente al recibir uno. La emoción al ver tal
sorpresa por parte de mis padres fue bastante mayor que si me la hubiera dado
mi pareja. Aunque cierto es, como les dije, que el regalo me lo podrían haber
dado cualquier otro día y no necesariamente un 14 de febrero.
De
esta manera, comprendí que lo bonito es recibir un regalo de una persona que te
quiere, no que te entreguen uno precisamente el día de San Valentín. Además,
muchos se equivocan al relacionar el amor con una pareja. Es verdad que el amor
puede venir de tu novio o novia, pero también de alguien de tu familia o de tus
amigos y no por ello deja de ser amor.
Es
cierto que sigo considerando que el día de los enamorados es todo el año y que
un regalo a mediados de febrero no es la única muestra de amor ni la más
importante. Sin embargo, la ilusión de recibir un detalle es una sensación
bonita que da igual experimentarla en San Valentín u otro día. Es por eso que
animo a los que lo rechazan rotundamente, como yo antes, a ponerse en la piel
de aquellos a los que les emociona tener una sorpresa, aunque sea en una fecha
tan comercial como el 14 de febrero.
Irene Díaz 2º BHCSA, Vosotros los que leéis, 27/02/14
Con un día más o un día menos, todos los años llega el mes
de febrero tras la empinada cuesta post navideña. No se corta en recibirnos, así que nos lanza
de primeras una corriente de frío
siberiano para que después recibamos con más ganas el calor del 14 de febrero.
Porque es que realmente resulta agobiante lo fuerte que ponen la calefacción en
los centros comerciales. Y no sólo eso, sino que entre la pesadez de las
interminables colas, el mareo que supone la mezcla de las infinitas muestras de
perfumes y el aborrecimiento de chocolatitos en forma de corazón, hacer algo en
esta fecha resulta todo un desafío. Y es que claro, todo esto sucede porque
resulta que San Valentín es un día consumista. ¡Qué perversa intención tiene
San Valentín!¡ Qué malo malísimo que es! Nos pone la pistola en la cabeza y nos
obliga a comprar la oferta del peluche de la vaca de Milka con un corazón
acompañada de su cajita de bombones, convenciéndonos de que eso es exactamente
lo que más desea nuestra pareja que le regalemos.
Me parece muy divertido cuando alguien se pone a criticar el
día de San Valentín diciendo que es una apología al consumismo o que una pareja
debe quererse todos los días y no esperar a este. Con respecto al segundo
argumento, no entiendo esa tirria que se le tiene al 14 de febrero, también hay
que celebrar siempre el seguir adelante y nos esperamos a nuestro cumpleaños
para proclamarlo, también hay que ser atento todo el año con la familia y
algunos casi que se limitan a serlo en navidades, y la misma historia para el
día del padre o de la madre. Si nos tenemos que remontar al significado real del
día San Valentín, puede que lo más óptimo fuese que el Corte Inglés vendiese
figuritas del santo destripado, quizás con la cara personalizable, para darle
el toque íntimo propio de la fecha. Puede que así no le resultase a la gente que no se
considera tan mediocre como para
celebrar este día, algo demasiado convencional. Aunque probablemente acabaría
siéndolo, criticar siempre es algo que no está demás.
Volviendo al tema del consumo, creo que tendríamos que
empezar a poner las cartas sobre la mesa y aclarar que quizás San Valentín no
es consumista en sí, sino que somos nosotros los que hemos introducido esta
tradición en nuestra cultura del gasto a raudales. Al fin y al cabo, no creo
que el día que simbolice el idilio de amor tenga que estar representado por un
peluche, unos bombones o una rosa. De hecho, un regalo así me resulta de lo
menos imaginativo e impersonal, características poco apropiadas para lo que se
supone que es una muestra de amor. Los detalles más bonitos y que en mi opinión
más se acercan al objetivo de San Valentín, no se encuentran en un centro
comercial o por lo menos no en las cutres secciones dedicadas a este día,
porque tendría que ser algo más personal, que realmente tenga un significado
especial. No basta con ir a la tienda más cercana y comprar lo primero que veas
con la etiqueta ‘’El regalo perfecto de San Valentín’’.
Sinceramente, creo
que el problema está en que debemos rascarnos más la cabeza y menos los
bolsillos. El regalo perfecto no tiene que ser algo material, simplemente podría ser suficiente con desligarse de las
ataduras de la rutina, y que por un día te entregues por completo al amor, y con esto no me refiero a pasarse el día practicando
sexo frenéticamente, o a admirar bucólicamente una puesta de sol, o quizás sí,
cada pareja tiene su idea de amor como cada uno tiene su culo, y aunque
queramos tener el estándar perfecto, es al nuestro al que hay que acostumbrarse.
Marta Jiménez 2º BCTA, Vosotros los que leéis, 06/03/14
San Valentín era un sacerdote que en el siglo III se
opuso a la decisión del emperador romano Claudio II de prohibir los matrimonios
entre jóvenes en edad de ser soldados. El emperador consideraba que los soldados sin familia eran más
eficientes.
Por ello, el sacerdote comenzó a celebrar matrimonios secretos entre jóvenes. Finalmente, Valentín fue encarcelado, martirizado y ejecutado el 14 de febrero del año 270. Por ese motivo, es considerado como "el patrón de los enamorados".
Por ello, el sacerdote comenzó a celebrar matrimonios secretos entre jóvenes. Finalmente, Valentín fue encarcelado, martirizado y ejecutado el 14 de febrero del año 270. Por ese motivo, es considerado como "el patrón de los enamorados".
El día de san Valentín es una celebración tradicional de
países anglosajones que se ha ido llegando a otros países a lo largo del siglo
XX. No es “un invento de El Corte Inglés”, como mucha gente piensa. Puesto que
es, principalmente, el día en el que las parejas de enamorados expresan su amor y cariño hacia el otro haciéndose
regalos. Se celebra el 14 de febrero. En algunos países se conoce como día de los enamorados y en otros como día del amor y la amistad.
En la América anglosajona, a
mediados del siglo XIX, se comenzaron a vender las primeras tarjetas de San
Valentín o también conocidas como “valentines”. Estas tarjetas tenían forma y
dibujos de corazones o de Cupido, el dios del amor. Otra tradición en este día
es regalar rosas.
Hay muchas teorías sobre el
origen de este famoso día, como que está relacionado con la época de
apareamiento de las aves o que es una fiesta pagana cristianizada. Esta idea
proviene de Roma, ya que allí se hacía
la adoración del dios del amor, cuyo nombre griego era Eros y el nombre romano,
Cupido. En esta festividad se le hacían regalos a los dioses y se les pedían favores para encontrar el amor.
La mayor parte de la gente, opina
que es un día para celebrar y demostrar el amor hacia tu pareja. Pero no todos
pensamos así ¿por qué celebrar el amor hacia nuestra pareja este día en concreto?
Si de verdad queremos o estamos enamorados de esa persona, ¿no es bueno
cualquier día para celebrar ese amor? En mi caso, yo pienso exactamente eso,
que cualquier día es el ideal para demostrarle el cariño a tu pareja. Y al
contrario, no me gusta celebrar este día, porque no le veo importancia. Para mí
es un día como otro cualquiera del que muchos comerciantes se aprovechan,
sabiendo que habrá mucha gente que le hará regalos a sus parejas, aunque sea un
simple detalle. Se aprovechan de nosotros creándonos costumbres como estas para
sacar más beneficio, ya que es un día para el que muchos se preparan y regalan
bombones, rosas, cartas, viajes, etc. No hay que sentirse mal porque a algunos
les guste celebrar este día, pero no darle más importancia de la que tiene.
Puede ser un día para celebrar en compañía y para los que no tengan pareja, no hay
porqué preocuparse, porque ¡el amor llegará algún día! Mientras, se puede
celebrar rodeado de amigos.
Sonia Palma 2º BCTA, Vosotros los que leéis, 06/03/14
2 comentarios:
¡Buen trabajo, Silvana! Ya puedes estar tranquila si hacen en selectividad un trabajo similar al que aquí nos has mostrado. Un beso!!!
Gracias Leonor. Tus palabras significan mucho para mí. Te agradezco enormemente que te hayas tomado la molestia de leer mi entrada y las producciones de mis niños. Sólo espero estar a la altura del trabajo que lleváis desempeñado durante tanto tiempo el Departamento de Lengua en el IES Atenea. Un beso.
Publicar un comentario